Más de uno dudará de la ubicación de Yemen. Normal, porque no sale en los medios. Normal, porque está en un rincón muy escondido del globo terráqueo. Es casi casi tan normal como que, hace unos meses, alguien no supiera ubicar Haití, que tampoco aparecía en los medios hasta que una catástrofe natural hizo de llamada de socorro. Y así consiguieron que los países más importantes fuesen corriendo hasta la isla para mitigar los efectos del terremoto y, de paso, los del resto de la historia del país, que lleva sumido en la más absoluta miseria desde que existe.
Pero Yemen aún no ha sufrido un desastre natural y es ignorada en sus desastres humanos. La naturaleza más salvaje ha causado alrededor de 300 mil muertos en Haití. Y en Yemen, 250 mil refugiados, entre ellos también somalíes y etíopes, intentan sobrevivir en condiciones infrahumanas. Los refugiados y la pésima situación de Yemen no son causa de una fuerza natural, sino de acciones humanas En Haití y en Yemen la cifra de personas es casi la misma. Si, en Haití ya han muerto y en Yemen, aún no. Entonces, como aún no se han muerto ¿no hay que darles importancia? Curiosa percepción de lo importante en la que lo muerto importa y lo vivo, no.
Sin embargo, no dudo que los cuasi vivos (pues las condiciones hacen que vivan a medias) de Yemen si consideran importante su frágil vida. Y seguro que recibirían con euforia la ayuda de quien quisiera tenerles en cuenta. Porque el país sufre, desde hace cinco años, una guerrilla rebelde al norte del país, para empezar. Para seguir, es uno de los refugios más asiduos de alqaeda, lo cual provoca atentados continuos, problemas internacionales, armas y corrupción del gobierno que ampara a la organización terrorista. Y más. El sur de Yemen, concretamente la región de Adén, continúa empeñado en ser independiente del norte, aunque la guerra civil se cerrase con paz y unidad en el 81. Así, cada cierto tiempo, más bien frecuentemente, otro grupo de rebeldes secesionistas lleva a cabo algún ataque o atentado o rebelión, etc.
La complejidad política, sin embargo, no deja atrás a la económica. No está claro si es la circunstancia geopolítica la que provoca la miseria económica o, al revés, la miseria la que deja al país en pelotas ante el resto de gigantes mundiales que se jactan de la debilidad de Yemen y aprovechan para sacarle el mínimo jugo que encuentran. Y eso que este jugo es, realmente, raquítico.
Yemen, con una población de 23 millones de habitantes, tiene a la mitad de éstos viviendo con menos de dos dólares al día, y al cincuenta por ciento de los niños con problemas de desnutrición. Las cifras sitúan al país en niveles cercanos a países de África subsahariana, (que, tampoco tiene presencia en la prensa, por cierto) La única fuente de ingresos que, modestamente, sostiene al país es el petróleo. Pero, el petróleo yemení no tiene mucho que hacer frente a uno irakí o iraní o arabesauidita. Y por eso, el precio del crudo ha descendido en 2009 hasta los 2.000 millones de dólares frente a los 4.400 del año anterior. Y el turismo, que algo ingresaba, está desaparecido por la inseguridad de los rebeldes, los secesionistas, los terroristas y, en fin, la atmósfera general de Yemen.
Total, que Yemen está al borde de la descomposición en todos los sentidos y en el fondo ya de una enorme catástrofe humana. Eso sí, no es un terremoto y no se ha cargado todo de golpe. Ha sido poquito a poquito, con la colaboración del mundo entero que tira la piedra, esconde la mano, silencia la corrupción y alardea de su altruismo humanitario en Haití. Si, alardea, porque mientras EEUU da de comer a los haitianos, revienta a los yemeníes. Resulta, que el continente blanco americano se encaprichó con la península de socorra ya en la guerra fría. Y Rusia, enfrentada a EEUU, no quiso ser menos. La eliminación de la competencia rusa dejo vía libre a las ambiciones estadounidenses, que comenzaron, desde entonces, a trazar el plan maravilloso de control del territorio.
La región de Yemen es interesante para el control geográfico que EEUU pretende sobre el mundo y, más en concreto, sobre los países del petrodólar. Tras Afganistán e Irak, Yemen parece una tercera carta de la partida, a pesar que sus reservas petrolíferas son ínfimas. Así que, con la excusa de defender a Yemen del terrorismo de Alquaeda y de los rebeldes chiies del norte y de los secesionistas del sur, EEUU negocia con el gobierno y le proporciona soldados entrenados en América para combatir las guerrillas. Y, para demostrar su eficiencia, EEUU los entrena directamente para matar, sin preguntar siquiera. Pues bien, con esta tapadera, ha conseguido hacerse con el control real del gobierno de Yemen y ya ha comenzado a diseñar unas bases militares para asentarse en su territorio. Pero aún no ha dicho nada de alimentar a los niños con desnutrición, ni de controlar el terrorismo con medidas de seguridad, ni de crear estructuras de trabajo y democracia, ni nada de nada. Eso sí, se lleva el petróleo a precio de ganga y es muy amiguito del presi, al que adula con cualquier cosa.
Todo esto, que no es poco, es lo que está matando a lo yemeníes a golpes lentos y silenciados. Y la respuesta a la ignorancia que se cierne sobre ellos es simple: los medios de comunicación son los que mueven a las masas en pos o en contra de algo. Así, han movido a masas mundiales reivindicando ayuda urgente al país y ahora, el mundo entero está pendiente de lo que allí ocurre. Si Yemen saltara a los medios, a lo mejor EEUU no podría operar allí con tanta soltura como hasta ahora. Además, los medios ya están demasiado ocupados en mirar al milímetro las acciones de Obama, de Sarkozy, de Merkel, de Paris Hilton, Maddonna o los Jackson.
Haití está siendo atendido sólo porque ha saltado a los medios. Pero antes del terremoto, sus habitantes también morían. Su historia como país, desde su inicio, es tan dura como la de Yemen. Ahora, calculemos el tiempo que tarda en desaparecer de los medios y de nuestras vidas… hasta que vuelva a ser uno de los olvidados, un don nadie, un país enano de dignidad que sufre las consecuencias de su miseria sin que nadie se entere.
Como Yemen ahora… que existe sin que nadie se entera, que lleva desde agosto con guerrillas reactivadas sin que nadie se entere, que está muriendo sin que nadie se entere.
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